Solemnidad de los apóstoles Pedro y Pablo: Si amas, evangeliza

29 de junio de 2025.

“Habiéndose aparecido Jesús a sus discípulos, después de comer, le dice a Simón Pedro: ‘Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?’ Él le contestó: ‘Sí, Señor, tú sabes que te quiero’. Jesús le dice: ‘Apacienta mis corderos’” (Mt 9, 12-13)

         El triple interrogatorio que el Señor le hace a San Pedro es una oportunidad que le da al apóstol para desdecirse de la triple negación en la noche del Jueves Santo. Pero lo más importante es que Jesús le pregunta por su amor, y no por su fe. Podía hacer dicho: “Simón, tienes fe en mí” y, en cambio, le pregunta si le ama. El Señor ya sabe que San Pedro tiene fe, porque esta escena ocurre después de la resurrección. También sabe que le quiere, pero es necesario no sólo que se lo diga, sino también que entienda que la tarea que le ha encargado al nombrarle su vicario está ligada a ese amor. Se podría trabajar en la evangelización, como se trabaja en una empresa, sin tener ningún afecto hacia esa empresa -en este caso, sin afecto o con un afecto mínimo hacia Dios-. Pero el Señor no quiere eso de sus evangelizadores. No quiere, ante todo, su tiempo, su esfuerzo, su preparación y sus cualidades; quiere, en primer lugar, su amor. El sólo va a pedir ayuda a los que son sus amigos, a los que le aman, porque sabe que sólo de ellos se puede fiar, sólo ellos serán buenos colaboradores suyos, colaboradores del Buen Pastor.

         Hay además otra enseñanza. Jesús no le dice a Pedro: “apacienta tus ovejas”, sino “apacienta mis ovejas”. Él y sólo Él es el dueño del rebaño. Ni Pedro, ni el Papa, ni el obispo, ni el sacerdote, ni el catequista, ni siquiera el padre o la madre, son dueños de los hijos de Dios. Nosotros somos meros cuidadores de esos hijos y debemos hacerlo siendo conscientes de que no nos pertenecen, sino que son propiedad de Dios. Por eso, porque son de Dios, tenemos que cuidarles como Dios quiere, tenemos que enseñarles lo que Dios quiere que les enseñemos y no nuestras opiniones particulares. Porque amamos, evangelizamos y porque amamos, lo hacemos como Dios quiere que lo hagamos.

Propósito: Haz oración antes de evangelizar para aumentar tu amor a Cristo y asegúrate de que lo haces por Él y como Él quiere que lo hagas, transmitiendo fielmente sus enseñanzas.

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