El Papa celebra misa de espaldas

18 de julio de 2025.

            Esta semana, a pesar de estar en época de vacaciones, han sido muchas las noticias que afectan a la vida de la Iglesia. Empecemos por la más amable, que tiene al Papa León como protagonista. Se encuentra descansando unos días -demasiado pocos y sin dejar de trabajar, me parece a mí- en la villa pontificia de Castelgandolfo. Invitado por los carabineros del pueblo, ha ido a celebrar la Santa Misa en su capilla, que tiene el altar como estaba antes del Concilio, pegado al retablo del presbiterio. Sin ningún problema, el Santo Padre ha presidido la Eucaristía de espaldas al pueblo, mirando “ad orientem”, como se hacía antes. La foto ha dado la vuelta al mundo y se ha interpretado como uno más de los mensajes silenciosos de este Papa, de esa revolución tranquila que está llevando a cabo, a base de gestos que no son casuales y con los que intenta sanar viejas heridas. La verdad es que el detalle de cómo estaba el altar debía saberlo el Pontífice antes de ir a esa capilla, lo cual suponía que debía celebrar de espaldas y que eso iba a ser una noticia que a más de uno iba a poner los pelos de punta, y a pesar de eso decidió ir y presidir así la Misa. En su homilía, aunque sus palabras iban dirigidas a los policías allí presentes, dijo algo que vale para todos y que recuerda su primera alocución en el balcón de la Plaza de San Pedro, cuando exhortó a confiar en la promesa de Cristo de que las puertas del infierno no prevalecerán sobre la Iglesia. “Ante las injusticias -dijo el Papa a los carabineros-, no cedáis a la tentación de que el mal puede salir victorioso”.

            Las otras noticias no son tan agradables. La parroquia de Gaza, la única que existe en toda la Franja, ha sido bombardeada por un tanque. El párroco, el sacerdote argentino Gabriel Romanelli, del Instituto del Verbo Encarnado, ha resultado herido en una pierna y varias personas han resultado heridas, dos de ellas de gravedad. Israel ha informado que se trató de un error y ha pedido disculpas, pero el daño está hecho. No parece que haya sido un error, en cambio, el ataque contra la aldea de Taybeth, una de las pocas aldeas cristianas de Cisjordanía, que ha merecido la condena de todos los líderes de las diferentes confesiones cristianas presentes en Israel. El presidente de la Conferencia Episcopal española, monseñor Luis Argüello, que se ha manifestado siempre con mucha prudencia sobre lo que ocurre en Gaza, ha calificado lo que está sucediendo en Tierra Santa como una “guerra con rasgos genocidas”.

            Y, como casi siempre, de Alemania llegan malas noticias. Su presidente, monseñor Batzing, se ha declarado a favor de una jurista que aspiraba a entrar en el Tribunal Constitucional y que ha sido vetada por algunos diputados conservadores. Para esta señora, “la suposición de que la dignidad humana existe allí donde hay vida humana es un error biológico-naturalista”. Batzing, además de dar su respaldo a esa jurista y lamentar que varios políticos pro vida la vetaran, se ha mostrado contento con la legislación abortista alemana, a la que ha calificado de “equilibrio inteligente”; una legislación que permite el aborto libre hasta la semana 12, con la única condición de que la mujer pase por una entrevista previa, es para él un “equilibrio inteligente”. Es normal que, con un Episcopado así, las cosas estén mal en la Iglesia en ese país. De hecho, este año sólo se han ordenado 29 sacerdotes, la cifra más baja de toda su historia. Contrasta la situación de Alemania con lo que está sucediendo en Francia, que está experimentando un fuerte renacimiento católico, de la mano de los sectores más conservadores de la Iglesia. En Pascua se bautizaron un 45 % más de adultos -la mayoría de ellos jóvenes- que el año anterior, que a su vez también había tenido un crecimiento significativo sobre el precedente. Además, para el próximo jubileo de la juventud, el número de jóvenes franceses supera incluso al de los jóvenes polacos, pues hay inscrito ya más de 25.000, por 20,000 polacos; esto se ha interpretado como un apoyo del sector tradicionalista católico francés al Papa León. Mientras Alemania se hunde, Francia resucita, gracias a Dios.

   Terminamos con las esperanzadoras palabras del Papa: “No cedáis a la tentación de que el mal puede salir victorioso”. Hay que seguir luchando y poniendo nuestra confianza en Dios, recordando su promesa de que las puertas del infierno no prevalecerán.

  • 0.000000lag
  • 0.000000lag
  • 0.000000lag
  • 0.000000lag
  • 0.000000lag
  • 0.000000lag
  • 0.000000lag