19 de septiembre de 2025.
Se ha publicado la primera entrevista del Papa León XIV. Muy interesante e instructiva para conocer por donde irán las líneas de enseñanza, no sé si de gobierno, de este pontificado, al menos de momento. Creo que hay, al menos, tres claves de interpretación.
Aunque la entrevista es al Papa León, da la impresión de que el protagonista de la misma es el Papa Francisco. Continuamente León se refiere a Francisco, bien para decir que lo que va a hacer es seguir lo que hizo él (por ejemplo, nombrar mujeres para cargos de responsabilidad en la Iglesia) o que lo que no va a hacer es porque él no lo hizo (por ejemplo, modificar la doctrina en la cuestión de la homosexualidad y de la ordenación femenina). ¿Por qué hace eso? Creo que sólo puede haber un destinatario: el sector liberal de la Iglesia, al que intenta calmar al ver que no introduce cambios en asuntos esenciales, como los ya citados. Es como si les estuviera diciendo: tened calma y confianza, antes de avanzar más hay que asentar lo ya conseguido, para no remover el avispero y provocar un cisma. Un poco en la línea de lo manifestado últimamente por el jesuita cardenal Hollerich: León es interpreta la misma letra que Francisco, pero con otra música.
La segunda clave de interpretación está en la repetición de esta frase: “por ahora, no”. No dice: no se va a modificar la doctrina en la cuestión de la homosexualidad o en la cuestión del diaconado femenino, sino que dice que eso no va a ocurrir ahora, en el futuro inmediato, de momento. Eso no significa que vaya a ocurrir más adelante. Significa lo que literalmente se dice: ahora no y luego ya veremos.
La tercera clave es la búsqueda de la unidad en la Iglesia, que ha sido su objetivo declarado desde el inicio de su pontificado. Una unidad que se supone que se va a conseguir rehuyendo todo aquello que fomenta la polarización. El Papa constata lo que todos sabemos: la Iglesia está dividida -él dice “polarizada”- y hay que reducir ese enfrentamiento entre los dos extremos. Para ello hay que evitar todo lo que lo fomente. Por eso, cuando habla de la aceptación de los comportamientos homosexuales o del matrimonio homosexual, hace referencia a las tensiones que ese tema generó en el Sínodo o a la queja de algunos sobre la excesiva obsesión por el sexo que se vive en las naciones supuestamente democráticas de Occidente. Queda, por lo tanto, abierta la cuestión y planteada esta pregunta: ¿si algún día se rebaja la tensión, se aprobarán esos cambios? Algunos podrán pensar que, con la desaparición debido al factor tiempo, de los principales enemigos de los mismos -Sarah, Burke, Müller, Schenider, Voelki, Erdó-, que serán sustituidos por otros más afines a los cambios, desaparecerá o al menos disminuirá la tensión. Esto es posible, pues siempre se encontrará algún cura liberal al que nombrar obispo y cardenal. Pero hay que tener en cuenta el cambio generacional y, hoy, la inmensa mayoría de los seminaristas y de los jóvenes sacerdotes son conservadores.
De todo esto, surge una pregunta: ¿qué piensa realmente el Papa León? En la entrevista se muestra como alguien que busca tranquilizar a unos diciéndolos: no voy a cambiar la doctrina, y tranquilizar a los otros diciéndoles: esto es sólo temporal. Pero ¿él qué piensa, quién es? ¿es un liberal más cauto o un conservador de lo esencial que no quiere molestar a los que le han elegido?
En realidad, la respuesta vendrá pronto: los nombramientos nos dirán quién es de verdad León XIV. ¿Qué nuncios nombrará para los países más conflictivos y decisivos, como Estados Unidos, Bélgica, Alemania o Francia? ¿Quién nombrará prefecto del Dicasterio de Obispos o pondrá al frente de los otros órganos de gobierno de la Iglesia que tienen que ser sustituidos por razones de edad? Y algo tan clarificador o más: ¿qué va a hacer con los que, en la práctica, no hacen caso de sus llamadas respetar la doctrina y están modificando ya en la práctica las cuestiones más “polarizadoras”, como él las ha calificado? Él mismo, en la entrevista se lamenta de que en el norte de Europa (Alemania y Bélgica, aunque no las cita) se está yendo más allá de lo que permite “Fiducia supplicans”, al estar llevando a cabo bendiciones a parejas homosexuales. ¿No hará nada al respecto? Porque eso es lo que se ha estado haciendo: mantener la doctrina, pero tolerar el incumplimiento de la misma, lo cual equivale a un Gobierno que tiene buenas leyes pero que permite impunemente que no se cumplan.
Es una entrevista muy interesante, que aconsejo leer con calma. Hay muchas cosas positivas en ella -por ejemplo, la defensa de la familia entendida como unión de un hombre y una mujer-. Y luego está lo demás: el “todavía no” y la polarización como excusa para no cambiar la doctrina.
En la entrevista, León dice que su misión es confirmar al pueblo en su fe. ¿A qué pueblo, al alemán o al africano, y en qué fe? Recemos por él, para que confirme al pueblo en la fe de la Iglesia, en la fe de los apóstoles, en la fe de los mártires y de los santos, no en la fe de las mayorías o de lo que pide el mundo. Es el Papa. Recemos por él y tengamos confianza en el Espíritu Santo.