Los Franciscanos de María fueron fundados en 1988 por el P. Santiago Martín (Madrid, 1954), en Madrid y recibieron la primera aprobación eclesiástica de manos del arzobispo de Madrid, cardenal Ángel Suquía, en 1993, como Asociación Pública de Fieles de Derecho Diocesano. Desde ese momento, los Franciscanos de María comenzaron a expandirse fuera de su Diócesis de origen, primero por España y luego fuera de ella. Irún -en el País Vasco-, Alicante –junto al Mediterráneo- y Oviedo –en la cuna de la Reconquista- fueron las primeras Diócesis que acogieron la espiritualidad del agradecimiento. Luego siguieron otras: Valencia, Barcelona, Almería, Sevilla… A partir del año 2000, aunque ya antes tenían presencia en América (República Dominicana), comienza la expansión por ese continente. En este momento las «escuelas de agradecimiento» –la «obra» típica y propia de los Franciscanos de María- están abiertas y funcionando en todas las naciones de América, desde Canadá a Chile, a excepción de algunas de las islas más pequeñas del Caribe. No mucho después, esta expansión se trasladaba a Asia, aunque más tímidamente (hay «escuelas de agradecimiento» en Sri Lanka) y se empezaban a crear grupos de laicos en otros países de Europa: Polonia, Holanda, Italia, Alemania. En 2007, el Papa Benedicto XVI, a través del Pontificio Consejo para los Laicos –presidido por el cardenal Rylko- daba la aprobación pontificia a esta institución, refrendándola así como un «camino de santidad» y reconociendo en ella la existencia de un carisma, el del agradecimiento. La aprobación pontificia tiene fecha del 25 de marzo de 2007, día de la Encarnación del Señor, día del «Sí» de María, y el acto oficial de entrega del decreto de aprobación tuvo lugar en el Vaticano el 26 de junio de 2007, fiesta de otro fundador español, San Josemaría Escrivá. El 28 de marzo de 2012 el Papa concedió la aprobación definitiva de los Estatutos de esta Institución. En este momento, los Franciscanos de María están en 31 países de tres continentes y el número de laicos que asisten a las «escuelas de agradecimiento» y que, por lo tanto, forman parte jurídicamente de la Asociación está en torno a los diez mil.
Los Franciscanos de María se organizan en dos niveles, el de los laicos y el de los consagrados. Cada uno de ellos tiene una estructura y unos compromisos diferentes, aunque todos partícipes de la misma vocación: amar y hacer amar al Amor, a Dios que es el Amor. La misión de los Franciscanos de María es vivir y difundir la espiritualidad del agradecimiento, ayudando a todos a comprender que ése es el corazón del Evangelio, aquello que Dios espera y tiene derecho a encontrar en el corazón del cristiano.
Esta vivencia y difusión de la espiritualidad del agradecimiento se hace a través de la imitación de laSantísima Virgen y de San Francisco de Asís: Imitar a María en su disponibilidad, en su maternidad divina mediante la práctica de la unidad y en su servicio a Cristo crucificado; imitar a San Francisco en su pobreza, en su amor agradecido a Dios y en su fidelidad plena a la Iglesia y muy en especial al Papa.